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Padre e Hija





A donde queres ir pa?



A partir de una publicación del facebook del padre, la hija hace esta pregunta.
El padre es un hombre de 60 años, con una historia de vida intensa.
La publicación trataba de un taller de reconciliación con el padre.
Me sorprendió la  pregunta por el ninguneo que implicaba.
No preguntaba qué te pasa, ni que sentís, ni como, ignoraba el sentir del padre y hasta podría decir que gastaba una broma.
Es difícil explicarles a los hijos como nos sentimos.
Es difícil hacerles entender que tenemos sentimientos, que amamos, deseamos, con igual intensidad que ellos aunque nuestro cuerpo marque el paso del tiempo.
Estamos acostumbrados a ver el amor como un mal menor, nos avergüenza, es una confesión que no queremos hacer.
Es cierto que no es necesario andar gritando a los cuatro vientos, pero me pregunto por qué irrita tanto que una persona “grande” se exprese.
Este buen caballero lleva una herida terrible, difícil de soportar, y muy dolorosa.
Creo que el padre podría contestar: a curar las heridas de mi niño interior.
No va a hacerlo, porque su conexión con su niño interior es nula.
No estamos donde estamos por una casualidad del destino, no somos lo que somos porque si, detrás de cada uno hay una historia, y esa historia nos va marcando el derrotero de vida.
Ni queremos ver nuestras heridas, ni queremos que nos muestren las ajenas.
Ponemos excusas, nos defendemos con el famoso y tan escuchado por mí: “ Bueno, pero ya paso”.
Y no se trata de ir recitando por la vida lo desgraciados que somos por culpa de lo que nos hicieron.
Se trata de ver lo horroroso, la carnicería que muchas veces han hecho o hemos hecho, con nuestra pobre vida.
Recuerdo en una ocasión, trabajando en Bagley, habían liquidado mal las vacaciones de la gente que salía en febrero.
Me fui a la oficina de personal a planteárselo al jefe de personal, un tal Lousteau, quien me contesto: Usted es una subversiva Señorita.
Y usted es un idiota buen señor, y además de idiota es inoperante.
Era una subversiva, porque todo el mundo les fue a reclamar.
Sigo siéndolo hoy día, si ser subversiva es reparar los errores, lo soy.
Y me enorgullece serlo.
Pero para la mayoría es preferible hacer como que no paso.
Pero resulta que si paso.
Ese papa no puede contestar, porque no sabe que decir…pero si lo piensa un poco, podrá decir adonde quiere ir.
Por supuesto que yo no lo sé con exactitud, ni siquiera me tomo el trabajo de imaginarlo.
Podría equivocarme feo.
Pero los hijos somos egoístas con los padres, no los vemos como seres humanos, no le ponemos sentir.
Creemos que su vida se limita a asumir  responsabilidades, ahora nos toca a nosotros, que se mueran y nos dejen vivir.
No nos damos cuenta que nos llevaremos puestas sus historias y las terminaremos repitiendo.
No nos damos cuenta que tendremos que reparar.
Pero como puede ser que mi padre tenga una historia de amor?
Y encima mal de males, la tenga con otra mujer que no es mi madre?
Y mi madre, mi madre con otro tipo?
Por qué no pensó en sus hijos?
Pero como puede ser que quieras a esa persona?
Pero como puede ser que a tu edad digas eso?
A tu edad…hola chicos no estamos muertos eh?
La historia de este buen señor con sus hijos, es su historia, no la mía, bastantes conflictos tengo yo para lidiar con otros.
Pero a nuestros hijos no les gusta nuestra exposición.
Ellos si pueden exponerse, pero nosotros no.
Pueden mostrar su cuerpo, poner fotos con sus parejas, pueden hacer lo que quieran.
Pero usted señorita calladita se la ve más bonita.
Te quieren pasar a retiro voluntario, te mandan a casa a tejer mañanitas y a ocuparte de tus nietos, que son el regalo de la vejez y saraza.
No jodamos!
Resulta que ahora, en el momento que los padres ya no están los hijos quieren convertirse en tutores.
A donde quiere ir niño, venga para acá, quietecito y sin chistar!!!
Ignorar, hacer de cuenta que no paso, es una trompada al hígado, aunque sea un acto interesado, tenemos que ser capaces de tomarnos en serio.
Es probable que este suceso, tenga su origen en el poco valor que se le da a la palabra.
Este buen señor, no podía ir al taller porque era en otro país, y tal vez si lo hicieran al lado de su casa, tampoco iria, es probable que este buen señor solo quisiera tocar un corazón.
El corazón de alguien.
Y ese alguien soy yo.
No le va a alcanzar, pero valoro el gesto, por lo menos lo intentó.
Su historia conmigo es una historia que ya iré desgranando, pero le digo a todos los hijos, los de él y los míos, que esa historia, fue una historia de amor.

Continuará

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